Tener claro lo que queremos. Hay mucha variedad de modelos y marcas en el mercado, por lo que hay que estar seguro de ir a comprar lo que se quiere: qué necesitamos, para qué lo vamos a utilizar, por qué queremos uno de segunda mano, es rentable… Esto es muy importante, porque tras la compra, puede haber arrepentimientos.
Escoger un sitio de confianza. Por la calle podemos encontrar ofertas muy atractivas en los coches, pero, aunque serán más baratos, lo normal es que no nos ofrezcan garantías una vez vendido. Hay concesionarios que se dedican a la compra-venta y que además, nos dan garantías de 6 meses ó 1 año tras la compra, lo que termina siendo más barato que cualquier otra oferta vista en la calle. Si aun así, nos gusta uno visto en la calle, lo mejor escontar con la opinión de un mecánico elegido por el comprador, para que le eche un ojo y alertar de un posible problema. Hay que recordar que la ley protege a los compradores cuando adquieren un coche de segunda mano.
Probar el coche. Pero no sólo sentarnos nosotros al volante, sino el mismo vendedor, para conocer cómo ha sido conducido, si da tirones, si lo revoluciona…
Comprobar el estado de la pintura y chapa. Aunque le puede haber dado unlavado de cara antes de ponerlo a la venta, el estado de la pintura en sitios difícilmente accesibles y la carrocería, puede desvelar de qué tipo de coche se trata.
Kilometraje. Fíjate bien en el kilómetraje, estos números pueden ser afectados por personas fraudulentas.
Estado interior. Ver si está cuidado o no, nos puede revelar muchos detalles. Además, no sólo importa el estado de los asientos o del salpicadero, sino que el estado de las gomas de las puertas, la tapicería o el excesivo brillo en la parte superior del volante, nos pueden indicar que estamos ante un coche con más de 100.000 kilómetros. En cualquier caso, el libro de mantenimiento con las revisiones realizadas en su debido momento, es un seguro a tener en cuenta.
Comprobar las cargas del vehículo. Finalmente, si interesa, es muy importante saber el estado administrativo en que compramos el vehículo. No se debe comprar nunca un vehículo con ventas de dominio o multas pendientes, porque de lo contrario, tendremos que pagarlo de nuestro bolsillo.
Papeles al día. Una documentación en regla nos dará confianza al comprar el coche.
Haber hecho la transferencia. Más que un consejo para el comprador, va dirigido al vendedor. Cuando vendemos el coche, asegurarse de haber recibido la transferencia de titularidad del coche, ya que, en caso contrario, nos podrían suspender el carnet de conducir por alguna infracción cometida por el comprador del coche.
Sentido común y poca prisa. Ante todo, a la hora de invertir el dinero, hay que utilizar muy bien el sentido común e interesarse por otros coches del mismo tipo, ya que las prisas no son buenas consejeras, y podremos estar rechazando una oferta mucho mejor y a menor precio.
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