No te deje engañar, mira, huele y palpa. La vista, el olfato y el tacto permiten reconocer fácilmente un aceite que ya no sirve.
- Si se ve lechoso en la varilla, está contaminado con agua.
- Si tiene olor a nafta, está contaminado con combustible.
- Si se detectan partículas al tacto, está contaminado con desechos sólidos.
- Un color atípico (muy negro o rojizo) es también un claro indicio de que el aceite debe cambiarse.
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